viernes, 21 de noviembre de 2008

Conversar.

Cualquier noche puede ser una especie de incertidumbre desde que cae el sol y se empiezan a mover las estrellas. No es cuestión de ir en búsqueda del sonido nocturno en las discotecas, ni mucho menos de las mujeres que desandan por las aceras en posición de dianas, es el pensamiento en blanco que nos invade el cerebro al tumbarnos en la cama, y desde la almohada vuela la imaginación por toda la ciudad como si estuviéramos en ella, volando a ras del concreto como observadores del destino de cada cual. Las palabras y las controversias descansan entre el que te dire y escuchar, sobre la vida el destino, y hasta la politica.

Todo es políticamente parte de nuestras vidas, si algo se vuelve caro el único dueño de todo tiene la culpa, el Estado y ese aparataje que sostiene nuestras almas. Flotamos a favor de la ventolera de ideas que todos comentan, aunque tengamos un cóctel en la mano.
Es parte del sistema de conceptos que van cambiando de voz, cada boca sale a buscar la media naranja en un bar, es el zafarrancho de la corneta, la búsqueda del lugar perfecto para terminar encontrando el alba junto a una mujer y huir de la luz con el sexo en la boca.

todo comenzó en querer decir una palabra inteligente, una opinión y terminar con la sal en la lengua.

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