viernes, 12 de septiembre de 2008

Los dias

En estas semanas los días no crecen, mis amigos artistas caminan por las calles y le dan la mano a los transeúntes. las cámaras de TV les caen detrás y ellos buscan en la sonrisa del vecino un poco de fama, ahora se llama solidaridad entretener o hacer reír al desdichado.

pasaron los ciclones,

como soldados los postes tratan de ganar la batalla del vencido. colosal circunstancia en épocas de cruzadas, incertidumbre entre saber que puede ser mejor: levantarse pesa demasiado en los hombros, quedarse tendido... y esperar, solo esperar.

viene la calma y cada historia distinta desde mi ventana.

Me quedan minutos para empezar a llorar, nacerán las ramas que cubren los balcones, y volverán los gorriones que me roban los retoños de mi balcón, una amiga me dice que quiere estar a mi sombra, me pide retirarme del bar de mi esquina, sentarnos a la orilla del mar y buscar la sirena que pasa y podría decir adiós.

La actriz ríe de mis escenas ante el acto de todos mis suicidios por amar, ya no me quedan esperanzas en la espera del regreso, dejo latas de atún y algunos frijoles como señuelos, mi sangre fluye lentamente desganada y vencida, apago las luces de mi casa, y sacudo los bolsillos de mis jeans y busco el cigarro que calma mi sed de espera.

Solo me apetece un helado de Coppelia, de aquellos que me hacian pensar que libro comprar en la misma esquina de 23 y M.


Cuty.

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